Viernes, 20 de diciembre de 2013

Una de las tareas del oficial de guardia en el puente, además de otear el horizonte continuamente, es  observar  el cielo   y curosear esas moles  de vapor de agua  que nos sobrevuelan  en ocasiones silenciosamente y en otras  tormentosamente  guiadas por los vientos dominantes en las alturas esperando crecer o desvanecerse.  Las observaciones de nubes si son completas, precisas y exactas suministran una gran cantidad de información sobre la estructura de la atmósfera. Además permiten disponer de indicaciones que facilitan la predicción de la evolución del tiempo y de las condiciones futuras.
Una observación de nubes se divide en tres aspectos  fundamentales: Tipos de nubes, cantidad de cielo cubierto y dirección de las nubes.

 1.-Tipos de Nubes

 Cada vez que se mira al cielo hay algo nuevo, nubes que nacen, crecen o se disipan, que cambian de aspecto o de posición, o varían de color según su luminosidad o la de las nubes del entorno. El estado del cielo cambia minuto a minuto. Los cambios incesantes en cantidad, altura, forma y color de las nubes hicieron tan difícil su clasificación que se mantuvieron sin catalogar durante siglos. Fue el británico Luke Howard, un gran aficionado a la observación del cielo, quien en 1802 estableció la primera clasificación de las nubes que, con los cambios correspondientes al avance de los conocimientos, se ha mantenido, en esencia, hasta nuestros días. El mundo científico adoptó dicha clasificación, y en 1896 apareció el primer Atlas Internacional de Nubes.

El estado del cielo tiene gran importancia para la navegación marítima y es de interés para el navegante conocer e interpretar su lenguaje, las nubes. De su correcta lectura, obtendrá información muy útil para la seguridad, la comodidad y la eficienciente navegación.

El Atlas Internacional de Nubes editado por la Organización Meteorológica Mundial, establece una clasificación de las nubes en función de la altura de su base, criterio según el cual se consideran cuatro grupos básicos de nubes que se llaman nubes bajas, nubes medias y nubes altas, más otro grupo denominado nubes de desarrollo vertical que si se catalogasen por la altura de su base pertenecerían al género de nubes bajas, pero se distinguen de dicho grupo por la enorme extensión vertical que abarcan, a veces, toda la troposfera.

En el Atlas Internacional de Nubes se incluyen no solo el género al que pertenece cada nube sino también su especie, la cual describe características de su forma y estructura, y su variedad que indica peculiaridades adicionales de las nubes. Sin embargo, el oficial de puente  no requiere un conocimiento exhaustivo de todas las especies y variedades, sino ser capaz de identificar los tipos de nubes y aquellas especies que son especialmente significativas para la navegación.

Según la clasificación que establece el Atlas Internacional de Nubes se describen a continuación los diez géneros de nubes y algunas de sus especies que son significativas para la navegación.

NUBES ALTAS

Con bases entre los 5 y los 14 kilómetros, las nubes altas están compuestas de cristales de hielo. Se incluyen en este género los Cirros, los Cirrostratos y los Cirrocúmulos.

Cirros (Ci) – son nubes que dibujan en el cielo delicados y sedosos filamentos de muy poco espesor.

Cirrostratos (Cs) - son velos transparentes lisos o fibrosos que tienden a cubrir grandes extensiones. A veces forman una capa muy fina de textura lisa, apenas perceptible salvo por una ligera opalescencia en el azul celeste, y en otras ocasiones le dan al cielo un aspecto lechoso.

Cirrocúmulos (Cc) - compuestos de pequeñas nubecitas individuales de color blanco semejantes a glóbulos, se extienden como un manto, y están separados y distribuidos más o menos regularmente, formando ondulaciones.



 

 NUBES MEDIAS

Con bases entre los 2 y los 7 kilómetros, están constituidas por gotas de agua subfundida (agua que se encuentra líquida por debajo de 0ºC), cristales de hielo o copos de nieve, y comprenden los Altocúmulos y los Altostratos.

 Altocúmulos (Ac) - Aparecen formando capas o bancos de fragmentos regulares de color blanco o gris.

 La especie particular de altocúmulos llamados Ac lenticulares, nubes de gran belleza y perfecto acabado en forma de lente

 Otra especie particular de altocúmulos es el Ac castellanus. Con un aspecto similar a castillos flotantes por sus formas almenadas.

Altostratos (As) – con espesor variable, estas nubes forman una capa informe sin particularidades que destaquen en ella. Cubren casi por completo el cielo, permitiendo translucir el Sol y la Luna cuando no son de gran espesor.



NUBES BAJAS

Con bases por debajo de los 2 kilómetros, están constituidas por gotas de agua o cristales de hielo si las temperaturas son muy bajas. Pertenecen a esta familia los Estratos, los Estratocúmulos y los Nimbostratros.

Estratos (St) - se forman casi al nivel del mar. Son capas grises, planas, de poco espesor y su contorno no está bien definido.

 Estratocúmulos (Sc) - con base bien definida que se encuentra entre los 600 y los 2.000 metros de altura, aparecen habitualmente en capas continuas que presentan algunas protuberancias, resultando en gran variedad de formas. Su color varía del blanco al gris.

 

Nimbostratos (Ns) - nube de gran espesor que se extiende desde la base de las nubes bajas hasta el tope de las nubes medias, que a veces se clasifica como nube media. Con una base más bien difusa de color gris oscuro, los Nimbostratos cubren grandes extensiones como un enorme manto uniforme que no permite ver el cielo, ni distinguir otras nubes. El Nimbostrato es la nube de la precipitación por excelencia, la lluvia, la nieve o los cristales de hielo caen de ella de manera regular y sin tregua durante horas.



NUBES DE DESARROLLO VERTICAL

Su base, bien delimitada y plana, se encuentra normalmente entre los 600 y los 1.000 metros sobre el suelo, pero su tope puede alcanzar, en condiciones favorables, la altitud de la tropopausa. Dentro de este género de nubes se distinguen los Cúmulos y los Cumulonimbos.

Cúmulos (Cu) - su extensión vertical es moderada y presentan protuberancias. Se compone de gotitas de agua, y a baja temperatura de cristales de hielo o gotas de agua subfundida.

 Cuando los cúmulos se desarrollan y adquieren una importante extensión vertical se denominan cúmulos congestus (TCu), conocidas  por Torrecúmulos. En esta etapa de su evolución son más altos que anchos y pueden dar precipitaciones de corta duración que empiezan y terminan bruscamente, llamadas chubascos. Tanto

 

 Cumulonimbos (Cb) - Cuando el cúmulo alcanza enormes dimensiones estamos ante la gran nube cumulonimbo. Similar a una columna gigantesca de miles de metros de altura, en cuyo interior pueden encontrarse gotitas de agua, de lluvia, cristalitos de hielo, copos de nieve, hielo granulado, granizo y, a veces, pedrisco, tiene una enorme capacidad destructiva. En ella se producen   descargas eléctricas, granizo fuerte y puede generar tornados o violentas descendencias, dando lugar a una peligrosísima.

 

 

2.-Cantidad de cielo cubierto

La cobertura nubosa de la cúpula celeste varía desde cielo despejado hasta cielo cubierto. Entre ambos extremos una gran cantidad de nubes cubren parcialmente el cielo con diferentes alturas, formas y colores. A veces se observan tan solo unos pequeños jirones de nube, tan altos y delgados que se ven casi transparentes, mientras que en otras ocasiones las nubes son tan densas y extensas que impiden ver el cielo.

 El estado del cielo puede medirse en octas. Es una curiosa medida, pues necesitamos hacer un ejercicio de imaginación y dividir el cielo en ocho partes iguales. Cada una de esas partes es una octaun octavo de cielo. Luego, tenemos que calibrar la cantidad de cielo cubierto por las nubes, y de esta forma determinar el número de octas del momento. Cero octas (0/8) es un cielo completamente despejado, una sola nubecilla y pasamos a una octa-, mientras que ocho octas (8/8) es un cielo cubierto, sin un solo agujerito por donde ver el cielo.

Más o menos podemos hacer esta equivalencia: entre cero y dos octas hablaremos de cielos despejados o poco nubosos. De tres a cinco, cielo parcialmente nuboso, seis sería nuboso, siete muy nuboso y ocho cubierto. Y como curiosidad, cada una de las denominaciones tiene un símbolo, según muestra la siguiente tabla:

Miremos el cielo, asignemos octas. …

¿Cuantas octas veis en cada una de las fotos más abajo?

1/8 Octas                                                  4/8

7/8                                                          6/8

3.-Dirección y velocidad de las nubes.

Todo estudio científico de la atmósfera presupone disponer, ante todo, de datos meteorológicos precisos. Nuestros sentidos y principalmente la vista y el tacto nos permiten estimar un gran número de observaciones. Por ejemplo, podemos observar la cantidad de nubes presente en el cielo o determinar su dirección por el movimiento de las banderas o de la  columna de humo de las chimeneas del barco. Estas observaciones se denominan observaciones sensoriales no obstante en épocas recientes y en la actualidad hay instrumentos denominados NEFOSCOPIO que nos dan estas variables meteorológicas. La palabra nefoscopio esta formada por raíces griegas y significa instrumento para observar las nubes, sus componentes lexicos  son nephos. (Nubes),  scopio (aparato para observar)

El Nefoscopio utilizado por los años 70 consistía  en un marco de madera o metálico que contenía  un cristal reticulado  donde aparecían   los puntos cardinales o rosa náutica y tenia  como utilidad observar y determinar la dirección y velocidad aparente del movimiento de las nubes.

Al ser reflejadas las nubes en este cristal, se podía observar en que dirección se movían  y la velocidad se  calculaba midiendo  el tiempo que tardaban en cruzar  las retículas  circulares.

En las estaciones meteorológicas de tierra,  por lo general se utilizaban  el que aparece en la Fig, 18,  poniendo el nefoscopio encima de un  pedestal y orientándolo en la dirección  Norte, en los buque se solían  utilizar varios modelos tales  como  el que aparece en  la Fig. 19.

Actualmente hay otros medios modernos, que nos permiten medir estas variables como son los nefoscopios digitales.

 


Fig.  18

 

 

Fig.19

 


En la fig. 20 aparece otro modelo de los antiguos.  Constaba de un espejo en el que se reflejaba la nube, situándola en el centro de observación y viendo su recorrido conrespecto a la brújula del aparato. La velocidad se determinaba a partir de una constante del instrumento y el tiempo que tardaba la nube en salir de un círculo grabado en el espejo del aparato. También fueron utilizados para determinar el porcentaje de cielo cubierto en un punto y en un momento determinado.                                             Fig. 20

   

El Solar de las Miradas: Nefoscopio

 


Publicado por 53769692Q @ 18:22
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