SALUDO NAVAL
SALUDO EN EL TOMBADILLO,
SALUDO CON EL CAÑÓN.
CEREMONIA DE LANZAMIENTO DE LOS NAVIOS.
CEREMONIAS FÚNEBRES A BORDO
FUNERAL DE UN MARINERO EN UNA ANTIGUA EMBARCACIÓN A VELA
INTRODUCCIÓN-
Las tradiciones navales son prácticamente iguales en todas las marinas del mundo y constituyen un motivo de orgullo para ellas. Tienen tal fuerza, que siempre han originado movimientos para oponerse a los cambios. Los marinos son tradicionalistas por excelencia.
Si hay algo tangible que fortalece y hace perdurable la identidad de una institución es precisamente su tradición, los usos y costumbres que a través del tiempo se hacen constantes en el quehacer diario, en este caso, la del militar naval, el marino. Son acciones que sin ser ley, se han instituido como tal. La actividad del hombre del mar transcurre normalmente fuera del territorio Nacional, en contacto con otras Marinas o con otras personas e instituciones que le dan aseguramiento logístico. Para que sea posible y más fácil el contacto, es preciso que existan lenguajes y estilos mutuamente compatibles y comprensibles y normas de comportamiento que no se choquen. Estas pueden parecer extrañas en otros ambientes. Las costumbres y las jergas marineras constituyen una de las tradiciones más ricas del arte de navegar. Durante siglos se han ido formando frases y palabras, que pasadas de generación en generación han creado un lenguaje propio lleno de matices y curiosidades para el terrícola (llámese así aquel que anda más por tierra que por agua). El lenguaje propio es un poderoso elemento de aglutinación y las tradiciones marineras debemos seguirlas si es posible con devoción.
Este pequeño y modesto trabajo no tiene la pretensión de abarcar todo sobre este amplio tema, sino, apenas oficiar de una guía básica. Más bien espera que otros integrantes de la Marina cubana emprendan una tarea de mayor envergadura y con mayores detalles. Asimismo se recibirá con sumo agrado las críticas, las sugerencias y otros aportes sobre su contenido y en un futuro no lejano poder tener un trabajo más amplio. Somos conscientes que solo con el esfuerzo personal y colectivo de los integrantes de la Marina cubana llegaremos a puerto seguro.
SALUDO NAVAL.
El esfuerzo de Felipe II contra Inglaterra se había frustrado. La Armada Invencible (the Spanish Armada), que antes de partir era llamada Armada Felicísima compuesta por 130 barcos, había sido desecha y dispersada, por la Armada Britanica compuesta por 197 barcos al mando del Corsario Drake y el almirante Lord. En 1588, la Marina británica realizó un torneo naval para celebrar tan fastuoso acontecimiento y distribuir los premios a que se habían hecho acreedores los bravos de aquella jornada. El reinado isabelino había llegado a su cumbre. Jóvenes marineros, osados, llenos de brío y audacia, llenaban totalmente la escena. Drake, Frobisher e Howard dirigían el torneo; PIymouth estaba de fiesta. Frank Drake, audaz y galante, sabía encontrar el camino del corazón de su soberana y, a fuerza de ruegos y lisonjas, había conseguido que ella, en persona, viniese a entregar los premios.
Drake, organizador de las ceremonias y de las fiestas, se mostró el más fino, discreto y encantador de los súbditos. Los cortesanos sentían la presencia de su soberana como si se encontrase delante de un ser sobrehumano. Se vivía en una persistente atmósfera de adoración personal. El Almirante en su orden del día determinó: "Debido a la resplandeciente hermosura de Su Majestad, todos los marineros deberían cubrir los ojos con la mano derecha, en el acto de recibir los premios."Lo que en realidad hizo Francis Drake, fue, adaptar una costumbre medieval de los caballeros, cuando vestidos con sus armaduras, al ser inspeccionados por su superior, de llevar la mano derecha a la sien derecha para suspender la visera y permitir su identificación.
La Reina Isabel, que absorbía con ansias las demostraciones de adoración de súbditos, a medida que sus encantos decrecían, aumentaba su insistencia en conservarlas. Ordenó, así, que aquel homenaje de Drake fuese permanente. Nació, de ese modo, la continencia naval (Saludo Naval) en la Marina inglesa. Esto se extendió a otras marinas del mundo y así mismo al ejército y, posteriormente, a la aviación. El saludo también fue hecho por vivas. En la publicación "Historia marítima española, lecciones para uso de los caballeros guardia marinas", del entonces Contralmirante Don Julio Guillen Tato, se lee que el saludo oral fue práctica muy antigua, acompañada por el pito de los cómitres y contramaestres e instrumentos musicales. Don Quijote fue recibido en Barcelona, con paje saludándolo de la Gávea: "Por muchos años la vida y la gran honra de muy excelente señor Dios guarde y mantenga" al que la tripulación en parada respondió:"Salve".
SALUDO EN EL TOMBADILLO.
Entendemos como tombadillo el espacio de la cubierta principal de un barco, situado más a popa o por ante la reversa del mástil de la mesana al último mástil. En general
se acepta, que la costumbre de saludar en el tombadillo proviene del respeto que los antiguos marineros sentían por el altar pagano, instalado en este lugar, a bordo de las embarcaciones. Está probado que en los navíos griegos, romanos y cartagineses se hacían genuflexiones y reverencias ante los pequeños templos paganos, con el que se homenajeaban a los dioses del mar, abrigados en el
tombadillo. Con el advenimiento del cristianismo, la misma señal de respeto fue prestada al altar de la Virgen que allí se erguía. Las banderas adquirían también un doble significado, pues, al mismo tiempo que representaban la religión y el estado, eran emblemas de las casas de los gobernantes. La costumbre citada, de rendir homenaje de respeto, perduró aún después de suprimirse los altares a bordo de las embarcaciones. El término popa proviene precisamente de "puppis", palabra latina con que se designaba la parte cubierta, destinada a llevar las imágenes de los dioses. Allí se oficiaban los sacrificios y, desde entonces, el tombadillo hconsiderado como un lugar privilegiado.
Considerándose que los reyes de otrora lo eran por derecho divino, las banderas, al representar la Iglesia y el Estado, se convirtieron en objeto principal de todos los homenajes. El tombadillo ha sido considerado un lugar sagrado, desde los días más remotos. El Capitán Basil Hall, de la Armada Británica, al escribir, en 1831, sus recordaciones de guardiamarina, afirmó:"Cualquier persona, inclusive el comandante, que pise en el tombadillo, lleva su mano al bonete y, como este saludo se dirige al lugar en sí, todos los que en este momento tienen la honra de estar allí están obligados a retribuir el saludo descubriéndose; aún que sea un guardiamarina que llegue y salude, debe ser retribuida por todos, hasta por el almirante, si en este momento estuviere en el tombadillo.
Los marinos militares cubanos tienen la obligación al embarcar, de dirigir un saludo militar a la bandera nacional izada en el mástil de popa.
SALUDO CON EL CAÑÓN.
Investigando los antecedentes históricos, comprobamos que ya Cristóbal Colón, en sus navíos, utilizaba las salvas de cañón como forma de saludo, y hasta llegó a dar salva real en el momento de las citadas salutaciones. Las embarcaciones que navegaban en las épocas en que la piratería abundaba lo hacían con su artillería cargada en batería, previendo así la defensa ante un eventual pirata.
Saludos desde Cuba
Llegar a los puertos de reabastecimiento o destino, las autoridades locales no veían con agrado que las embarcaciones fondeadas en sus aguas estuviesen con sus cañones listos para el combate. Exigían que fuesen descargados en las inmediaciones de tos accesos a los puertos, pudiendo, así tener la certeza de que entraban en el puerto sin posibilidad de atacar la plaza. Los capitanes atendieron ese pedido, y las descargas eran oídas antes de su ingreso en el puerto. En contrapartida, solicitaron que las baterías de tierra también fuesen descargadas luego sus salvas, como testimonio de recibimiento y confianza, en relación al recién llegado. Aceptadas estas condiciones por las dos partes, se escuchaban las salvas de bordo y, luego, a seguir, las de tierra. Con el correr del tiempo, superados esos extremos de precaución en vista de las nuevas armas, con sus alcances y técnicas variados, esas descargas se transformaron en tradición que los hombres del mar trataron de reglamentar como forma de salutación. La salutación a los navíos que ostentaban el pabellón británico se inició cuando las aguas comprendidas entre la costa de Noruega y el Cabo Finisterry eran llamados Mares Británicos. Es conocido el hecho de que, antes de los normandos, las embarcaciones extranjeras arriaban sus velas en éstas aguas, en señal de acatamiento a la soberanía británica.
Esta señal de respeto equivalía a rendir la embarcación durante el tiempo que duraban las honras. Como al arriar las vetas la embarcación perdía velocidad y las cubiertas quedaban embarazadas por las mismas y por el aparejo, lo que recibía la salutación no podía temer un ataque. De tal costumbre provienen las ceremonias de los remos en alto, levar remos, parar las máquinas o hacer con que las velas queden paneando cuando las embarcaciones menores prestan honras. Según una antigua superstición, el número de cañones debe ser impar. La explicación para esto está en la publicación "Diálogos", de Boteler, donde el comandante de una embarcación cuenta que: "El número impar debe observarse siempre en las salvas de cañón porque, cuando esto no ha ocurrido, el comandante, el segundo comandante o el artillero jefe mueren en el viaje siguiente."Numero Deus impare gaudet Dios gusta de número impar. Referencia de Virgílio a las propiedades místicas atribuidas a los números impares. Existía la costumbre de hacer salvas cuando en banquetes a bordo se brindaban a los altos jefes. Por esta razón, Sir William Monsón, en sus tratados navales, escritos en 1600, dice: "El número excesivo de banquetes a bordo acarrea gran consumo de pólvora, pues los oficiales, cuyo cerebros se calientan con el vino, también calientan su artillería en forma ostentosa y sin tomar precauciones, lo que a veces, se torna peligroso". (Hay que llevarse en cuenta que las salvas eran hechas con los cañones cargados con proyectiles). Monsón era hombre muy práctico y cuando fue comandante, ordenó que las salvas de los banquetes se hiciesen con mosquetes. Para aprovechar estas salvas como ejercicios, hacía con que se tirase contra una silueta-blanco. En la Armada Turca, por ejemplo, la costumbre de
dar salvas con proyectiles se conservó hasta 1910.Cuando Inglaterra mantenía el orgulloso titulo de Reina de los Mares, era costumbre que los reyes de naciones extranjeras saludasen al pabellón británico en el mar y, muy especialmente, en el Canal de la Mancha, ya que, durante muchos años después del reinado de Eduardo, Inglaterra seguía manteniendo sus pretensiones a ambas costas del canal. De hecho, el Rey Juan tenía el título de Duque de Normandía. El Rey Felipe II de España fue obligado a saludar con cañones al pabellón británico, cuando visitó a la Reina María, en 1554. Lo mismo ocurrió con el rey de Dinamarca, al retribuir, en Londres, una visita oficial de Jaime I. En otras ocasiones, embajadores y comandantes fueron llevados a juzgamiento, en el Tribunal del Almirantado, por no seguir las reglas de las salvas. Los gritos de "Viva el rey!" y el número de vivas fueron fijados en el siglo XVIII. La exigencia del saludo llegó a motivar cruentos combates.
Con el tiempo, aparecidos ya los arcabuses, y habiendo las flechas perdido su poder ofensivo, la protección de las pavesas y escudos de madera colorida perdió razón de ser, pero, por vistosos fueron sustituidos por tapicerías, generalmente de fondo rojo, con adornos y atributos que se colocaban en las cestas de gavia, balaustradas y bordas, originalmente llamadas pavesadas. Además de eso, eran usadas para sentarse en las embarcaciones. Por economía, fueron suprimidas, y del empavesamiento solo sobrevivieron los abanderamientos en arco y en los topes.
CEREMONIA DE BOTADURA DE LOS BUQUES.
Desde los tiempos más remotos de la navegación, la ceremonia de Botadura de los navíos ha tenido connotacion religiosa. Existen referencias del bautismo de una embarcación realizado en el año 2100 a.C. El bautismo se originó como un acto de propiciación a los
dioses de los elementos. En Tahití existía la costumbre de derramar sangre humana en las ceremonias de lanzamiento. En los primeros tiempos se usaba vino para diversos rituales, pero los griegos introdujeron el uso del agua en la ceremonia de purificación. Posteriormente los romanos utilizaban el agua como símbolo de pureza en las bendiciones de los sacerdotes. El ceremonial cristiano adoptó el vino en los sacramentos y el agua como símbolo de purificación.
El fervor religioso de la Edad Media se extendió también a las cosas de mar, y se generalizaron el uso de dar nombre de santos a las embarcaciones, la colocación de altares a bordo, las figuras de proa y las imágenes de decoración de popa. En la Francia católica del siglo XIII, y aún del XIX, existía ceremonia de botadura que, en muchos aspectos, era análoga a la que se practica hoy en día, dicha ceremonia era llevada a cabo por sacerdotes en la botadura de navíos mercantes y pesqueros de Bretaña y Normandía. Aunque no se usase vino en la ceremonia, todos los asistentes eran obsequiados con vino de honor. A principios del siglo XIX comenzaron a tomar parte en los eventos de botadura de los navíos las mujeres y otras personas que no fuesen sacerdotes u oficiales de alta graduación. La parte religiosa de la ceremonia, que actualmente se hace en las embarcaciones de guerra británicas, fue instituida por la Reina Victoria. La ceremonia civil generalmente consiste en el bautismo de la embarcación por un padrino o madrina, que rompe una botella de vino o champaña en la roda de proa. Luego la embarcación es botada. El champaña es muy usado en la actualidad, pero su uso no es exclusivo. Se cita como ejemplo de curiosidad el caso del Hidroavión estadounidense Yankee Clipper, bautizado por la esposa del Presidente Roosevelt usando una botella con agua de siete mares.
Tambien en Santiago de Compostela, 6 de octubre 2016. En los Astilleros del Ulla, en Galicia, se realizó la botadura al mar de la “Lancha de Prácticos LP-20” que estará destinada al servicio de practicaje en el puerto de Mariel en Cuba, con la presencia del Cónsul General de Cuba en Galicia, José Antonio Solana Fernández y la Funcionaria Consular Silvia María Iglesias Pérez, ésta última “madrina del buque” según contempla la tradición marinera.
La costumbre tradicional de bautizar las embarcaciones rompiendo contra la proa una botella es aún de origen desconocida, aunque hace algunos años se haya querido ver en él el símbolo de los sacrificios practicados por los vikingos, cuyas embarcaciones entraban al agua enrojecida por la sangre de las víctimas amarradas en los rollos de botadura. En el puerto de Fecamp, Francia, el sacerdote oficiante, después de bendecir la campana de la embarcación, recorría su cubierta en compañía de los padrinos, sembrándola de trigo y sal.
MONEDA DEBAJO DE LOS PIES DE LOS MÁSTILES. La costumbre de colocar monedas bajo los mástiles, o sea, debajo de su apoyo, durante la construcción de la embarcación, data de mucho tiempo y es antigua superstición. Se registra esta costumbre como sobre vivencia de la que tenían los romanos de colocar monedas en la boca de los muertos para pagar tributo a Caronte (barquero de la Laguna Estigia -zona pantanosa del río Éstige, que llevaba a los muertos al mundo subterráneo), cuando este transportase su alma en la barca legendaria. Al colocar las monedas bajo los mástiles, quedaría pagada la contribución de los tripulantes si muriesen en el naufragio de la embarcación.
CEREMONIAS FÚNEBRES A BORDO.
Las tres salvas que se disparaban a bordo, durante la inhumación de un marinero, se destinaban a ahuyentar los demonios que podrían penetrar en los corazones de los compañeros del muerto durante la ceremonia. Según una antigua superstición, los corazones permanecían abiertos durante un funeral y esto podría facilitar la entrada de malos espíritus. Y luego el último paso ... el toque de clarín, que es al mismo tiempo la promesa de una nueva alborada, que el arcángel Gabriel hará sonar para el muerto. En los tiempos de griegos y romanos, se llevaban a cabo ritos paganos durante los funerales en el mar. Los dioses eran propiciados y se colocaban monedas en la boca de los difuntos. De acuerdo con costumbre antiquísima, el maestro de velas, al coser la mortaja, debe dar el último punto a través de la nariz del muerto. Hay evidencias de que esta costumbre ha sido respetada en muchas ocasiones. Existe en la Armada Británica la tradición de pagarse una guinea (antigua moneda de oro inglesa equivalente a 21 chelines), con dinero del estado, por cada cuerpo que sea amortajado, estando esta tarea generalmente a cargo del maestro de velas o uno de sus ayudantes.
El capitán de Fragata Beckett, en su libro Costumbres y Supersticiones, cuenta que, en un navío de guerra británico, fueron pagados 33 cadáveres después de la batalla de Jutlandia.
FUNERAL DE UN MARINERO EN UNA ANTIGUA EMBARCACIÓN A VELA.
Cuando un marinero moría a bordo, se avisaba al oficial de servicio. Este informaba inmediatamente al comandante. Los compañeros del marinero muerto preparaban su entierro envolviendo el cadáver en su propio coy. El marinero muerto era depositado en su coy en la cubierta. Sus compañeros de rancho ayudaban al fabricante de velas, mientras la costureaba. Para dar peso al cadáver se utilizaban dos balas de cañón y colocaban sobre él una gran cubierta con la bandera nacional. En la mañana siguiente, la campana del barco tocaba funeral, y la tripulación se reunía para observar. El comandante leía el servicio fúnebre, luego que un marinero recogiera la bandera, mientras los demás hacían deslizar el cuerpo y el pabellón hasta el mar. El pabellón era izado de nuevo a bordo. Después del funeral se remataban las ropas, libros y pertenencias del hombre muerto entre la tripulación del barco. Cuando el barco regresaba a su puerto de origen, el dinero conseguido en remate era entregado a la viuda o a la familia.
TERMINOS MAS UTILIZADOS
Tombadillo; Es el espacio de la cubierta principal de un barco, situado más a popa
Bonete. Especie de gorra, comúnmente de cuatro picos, usada por los eclesiásticos y seminaristas, y antiguamente por los colegiales y graduados. Gorro
La Botadura es la acción y efecto de botar un barco una vez terminada su construcción o la reparación para la que necesitó entrar en grada. Por algunos sr lr denomina también incorrectamente lanzamiento, por traducción literal del inglés ...
Paje. Criado cuyas funciones eran las de acompañar a sus señores, asistirlos en la espera de las antesalas, atender al servicio de la mesa y otras actividades domésticas. || m. El que llevaba las armas, como la espada, la lanza, etc., para servírselas a su amo cuando las necesitaba. ||. El que llevaba el estandarte o pendón del jefe militar.
Continencia. || 3. Acción de contener. || 4. Especie de graciosa cortesía en el arte del danzado
Danzado. . danza (ǁ baile). || 2. Cierto número de danzantes de una función.
Coy. m. Mar. Trozo de lona o tejido de malla en forma de rectángulo que, colgado de sus cabezas, sirve de cama a bordo.
Genuflexión :nombre femenino Acción de doblar una rodilla, o ambas, hacia el suelo, generalmente en señal de reverencia, sumisión o adoración.
Pagano2, na. adj. Se dice de los idólatras y politeístas, especialmente de los antiguos griegos y romanos. U. t. c. s. || 2. Se dice de todo infiel no bautizado. U. t. c.
Empavesado, da. || 3. Mar. Conjunto de banderas y gallardetes con que se empavesan los buques. || 4. f. Reparo y defensa que se hacía con los paveses o escudos para cubrirse la tropa. || 5. Mar. Faja de paño azul o encarnado con franjas blancas, que sirve para adornar las bordas y las cofas de los buques en días de gran solemnidad, y para cubrir los asientos de popa de las falúas o botes. Las hay de lona para el uso común y diario. || 6. Mar. Encerado clavado por la parte exterior de la borda y que sirve para defender de la intemperie los coyes de la marinería, que van colocados en la batayola
Batayola. ( f. Mar. Caja cubierta con encerados que se construyen sobre la regala de los buques, a lo largo de esta, y en que se acomodan o recogen los coyes de la tripulación. || 2. Mar. Barandilla, fija o levadiza, hecha de madera, que, encajada en los candeleros, se colocaba sobre las bordas del buque para sostener los empalletados.
Empalletado. m. Mar. Especie de colchón que se formaba en el costado de las embarcaciones cuando iban a entrar en combate, poniendo juntos en una red los líos de la ropa de los marineros, y servía para defensa contra la fusilería enemiga.
Cómitre. Persona que en las galeras vigilaba y dirigía la boga y otras maniobras y a cuyo cargo estaba el castigo de remeros y forzados. || 2. Capitán de mar bajo las órdenes del almirante y a cuyo mando estaba la gente de su navío. || 3. Hombre que ejerce su autoridad con excesivo rigor o dureza.
NOTA. en el futuro le agregariamos al trabajo algunas fotos, que no hemos podido poner por dificultades tecnicas.